¿CUAL ES LA PROBLEMÁTICA?
Nuestro planeta se enfrenta a una
acelerada desaparición de sus ecosistemas y a la irreversible pérdida de su
valiosa biodiversidad. Por diversidad entendemos la amplia variedad de seres
vivos -plantas, animales y microorganismos- que viven sobre la Tierra y los
ecosistemas en los que habitan. El ser humano, al igual que el resto de los
seres vivos, forma parte de este sistema y también depende de él. Además, la
diversidad biológica incluye las diferencias genéticas dentro de cada especie y
la variedad de ecosistemas.
Toda esta diversidad biológica provee al ser humano de recursos biológicos.
Éstos han servido de base a las civilizaciones, pues por medio de los recursos
biológicos se han desarrollado labores tan diversas como la agricultura, la
industria farmacéutica, la industria de pulpa y papel, la horticultura, la
construcción o el tratamiento de desechos. La pérdida de la diversidad
biológica amenaza los suministros de alimentos, las posibilidades de recreo y
turismo y las fuentes de madera, medicamentos y energía. Además, interfiere
negativamente con las funciones ecológicas esenciales.
Las interacciones entre los diversos componentes de la diversidad biológica
es lo que permite que el planeta pueda estar habitado por todas las especies,
incluidos los seres humanos, ya que gracias a ella se dan procesos tales como,
la purificación del aire y del agua y la destoxificación y descomposición de
los desechos, la estabilización y moderación del clima de la Tierra, la
moderación de las inundaciones, sequías, temperaturas extremas y fuerza del
viento, la generación y renovación de la fertilidad del suelo, incluido el
ciclo de los nutrientes, la polinización de las plantas, etc.
La forma más visible de este daño ecológico es la extinción de animales
tales como los pandas, los tigres, los elefantes y las ballenas, debida a la
destrucción de sus hábitat y a la cacería o captura excesiva. Sin embargo,
otras especies menos llamativas pero igual de importantes también se encuentran
en peligro. Como ejemplo, podemos mencionar a la amplia gama de insectos que
ayudan a la polinización de las plantas.
Si bien la pérdida de especies llama nuestra atención, la amenaza más grave
a la diversidad biológica es la fragmentación, degradación y la pérdida directa
de los bosques, humedales, arrecifes de coral y otros ecosistemas. Todas estas
cuestiones son agudizadas por los cambios atmosféricos y climáticos que ocurren
de manera global y que afectan directamente a los hábitats y a los seres que
las habitan. Todo ello desestabiliza los ecosistemas y debilita su capacidad
para hacer frente a los mismos desastres naturales.
La riqueza y la diversidad de la flora, la fauna y los ecosistemas, que son
fuentes de vida para el ser humano y las bases del desarrollo sostenible, se
encuentran en un grave peligro. La creciente desertificación a nivel global
conduce a la pérdida de la diversidad biológica. Últimamente han desaparecido
unas ochocientas especies y once mil están amenazadas. Es fácil comprender que
con esta pérdida incesante de recursos está en riesgo la seguridad alimentaria.
La pérdida de la diversidad biológica con frecuencia reduce la productividad de
los ecosistemas, y de esta manera disminuye la posibilidad de obtener diversos
bienes de la naturaleza, y de la que el ser humano constantemente se beneficia.
Cada año desaparecen miles de millones de toneladas de tierra fértil. El
proceso de degradación de los suelos, su mal uso y utilización, los
insostenibles modelos de consumo y la sobreexplotación de los recursos
naturales, junto a las guerras y los desastres, son elementos que agravan la
hambruna de más de mil millones de personas.
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=hUFl5rTyUnQ
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